Dándole su biberón a mi bebe

Hija como muchas otras bebes desde recién nacidas tuviste que probar la leche en polvo, aun recuerdo la marca "Enfamil", tu madre aun estaba postrada en la cama, pues como recordaras fue cesariada y tenia que ser yo quien te alimentara.

Hervir agua y tenerla caliente, vertir la leche en polvo, luego el agua caliente para después enfriarlo con un poco de agua hervida fría "El viejo rito de calcular la temperatura perfecta para ti", rocieando la leche en su esencia sobre mi mano para medir la temperatura y hasta aveces probarla desde el chupón perdiéndome el miedo al sabor del suplemento alimenticio de mi dulce bebe.

Y es cuando todo quedaba listo, cuando tu disfrutabas con ansias y no sabes con que ganas y desesperación te tomabas la leche en tu biberón, al fin entendía cuando tu madre me decía de los dolorosos mordiscos que le dabas cuando bebías desde sus propios senos.

Y era cuando yo me sentaba en nuestra cama y te sentaba en mis piernas flacas, sosteniendo tu cabecita con mi brazo izquierdo, mirando hechizado cuando tu me correspondías con tu mirada, iba tomando su leche la luz de mi vida, iba un desdeñado jovencito aprendiendo a ser papa.


Acurrucarte en mis regazos para alimentarte fue una experiencia inexplicable, majestuosa, colosal; pero esta misma no se compara en nada a viejo rito del "Chanchito", cuando después de tomar tu leche debiera ayudarte a eructar, cargarte en mi pecho, ponerme un babero en mi hombro para no mancharme, dar vueltas como loco por la habitación y golpearte tiernamente la espaldita hasta escuchar tu sonora "wuaaaaaa".






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